Las antiguas diplomacias dieron paso a las nuevas mediaciones entre los países modernos en donde la solución de los conflictos se realizaba de manera pacífica, ya el uso de la violencia no era necesario, la implementación del dialogo y las negociaciones permitió a las naciones resolver sus conflictos de otra manera. Para el año 1961 durante el tratado de Viena se acordaron diversos puntos relacionados con la función diplomática, entre los acuerdos está el de la inmunidad diplomática y el de que los vínculos diplomáticos sean establecidos de forma recíproca, es decir, que los países estén mutuamente de acuerdo.
En definitiva, la diplomacia protege los intereses de una nación frente a otra nación extranjera con la finalidad de conducir a través de la negociación todos los vínculos internacionales, con el fin de poder concretar los acuerdos en materia económica, política, etc. que beneficien a ambas naciones. Las personas encargadas de representar al Estado en las relaciones diplomáticas con otros Estados se le llama diplomático y por lo general son personas acreditadas por la nación (embajadores, ministros de relaciones exteriores, cancilleres, jefes de estado, etc.) para que ejerza funciones diplomáticas y solvente a través del dialogo y la negociación cualquier conflicto que surja entre su país y otro.
En el ámbito corporativo, la diplomacia también ejerce un rol y es el de cuidar que la organización mantenga un correcto equilibrio en cuanto a su producción, ventas y compras y de esta manera evitar cualquier perturbación o problema que pueda afectar la actividad de dicha organización, por otro lado, también está la diplomacia parlamentaria la cual se desenvuelve entre las naciones miembros de instituciones gubernamentales como la Organización de las Naciones Unidas O.N.U.