Por otro lado quienes defienden esta aseguran que el Diseño Inteligente es una teoría de carácter científico que se basa en pruebas referentes al origen de vida poniendo en duda el las teorías sobre la metodología evolucionista de la naturaleza, a pesar de aceptar que éstos afirman que deben sustentarse con la elaboración de una teoría de índole científica.
El Diseño Inteligente plantea razones en contraposición a lo que son las teorías de la evolución y su razonamiento lógico es una similitud entre los artefactos humanos y los sistemas naturales, es decir una exégesis del argumento teológico del diseño para la existencia de Dios. Éste sostiene que tanto la complejidad y la complejidad irreducible dan afirmaciones negativas detalladas de que algunos aspectos biológicos e informáticos son bastante engorrosos para ser consecuencia de procedimientos naturales. Es por ello quienes lo apoyan finalizan por afinidad que dichos aspectos son demostración de diseño.
A pesar de que el término de «diseño inteligente» había sido utilizado con anterioridad en las discusiones teológicas referentes al razonamiento del diseño, el primer uso que se hizo con respecto al significado actual fue en un libro publicado en 1989 llamado “Of Pandas and Peoples” el cual iba dirigido a clases de secundaria de biología de los Estados Unidos, sin embargo el término sería borrado de los textos debido a una ley que prohibía hablar en las escuelas sobre el creacionismo. Posteriormente a inicios de los 90, el Diseño Inteligente fue respaldado por Discovery Institute, quienes lucharon por la inclusión del DI en los pensum de las escuelas públicas, lo que traería un conflicto en donde por orden de un juez se estableció que el Diseño Inteligente no debe ser una ciencia, ya que no logra desprenderse de sus antecedente religioso y por ende viola la primera enmienda.