Los órganos que intervienen en ese proceso pueden verse afectados por las condiciones generales del organismo o, bien, por diversas enfermedades que azoten el aparato reproductor femenino. Entre estas condiciones se encuentra la dismenorrea, una afección que se caracteriza por un dolor intenso y constante antes o durante la menstruación. Este puede tener una duración de hasta 24 horas y, según recientes estadísticas, al menos un tercio de las mujeres sufren de dismenorrea y casi todas están en riesgo de sufrirla. Hasta el momento, se señala a las prostaglandinas como las principales responsables de la enfermedad; estas son receptores que, cuando hacen acto de presencia, pueden dilatar las células lisas debajo de los músculos vasculares, además de sensibilizar las neuronas espinales del dolor. El tratamiento siempre es recomendado por el médico, pero, los medicamentos recetados más comunes son los antiinflamatorios y las píldoras anticonceptivas.
Tener sobrepeso, ser fumadora y haber tenido la menarquía antes de los 11 años, son las características más comunes de una mujer propensa a la dismenorrea. Generalmente se manifiesta como dolor pélvico o abdominal intenso; aunque, algunas pacientes reportan que también sienten náuseas, dolor de cabeza, mareos e, incluso, pueden desmayarse o vomitar. De igual forma, para evaluar las causas, es importante determinar qué tipo de dismenorrea se padece, esta puede ser primaria, mucho más frecuente en la población de entre 17 y 25 años, cuyo origen reside en el desajuste hormonal típico de la edad; mientras tanto, la dismenorrea secundaria es aquella producida por quistes, endometriosis, miomas uterinos o infecciones, y se caracteriza por ser más duradero, presentase una semana antes de la menstruación, además de estar presenta durante todo el período.