Una de estas afecciones es la diverticulitis, que se caracteriza por la aparición de bolsas o divertículos en el intestino, específicamente en el colon, que se infectan. La población que se muestra propensa a padecerla es la de edad avanzada, aunque los jóvenes no están exentos de peligro; asimismo, se ha determinado que en occidente es más común que afecte el lado izquierdo, en donde se ubica el colon sigmoideo, mientras que en Asia y África en el lado derecho. Generalmente, se asocia esta inflamación de los divertículos con las altas presiones registradas en el colon; también, se suele marcar como antecedente la diverticulosis, una afección similar a la diverticulitis, pero sin las infecciones típicas de esta.
Como tal, la infección de la diverticulitis ocurre por pequeños trozos de heces que se quedan estancados en el intestino, causando que se inicie una infección en los ya inflamados divertículos. Entre los síntomas más comunes, se encuentran las náuseas, los vómitos, fiebre y escalofríos, gases y la desaparición del hambre. Para diagnosticarla, se practican exámenes como tomografías y ecografías. En cuanto a los tratamientos para aliviarlos, generalmente se recomienda que el paciente tome reposo y se quede en cama, se coloque una almohadilla térmica en el abdomen y consuma analgésicos o antibióticos; sumado a esto, se deben ingerir líquidos durante unos días, luego ingerir algunos con más espesor, para luego consumir alimentos regulares.