La condición sólo empeora con el paso del tiempo. El aire puede entrar en los alvéolos, pero no puede ser liberado fácilmente. La AAT, una sustancia presente en los pulmones, pueden servir como protectora de la pared ante esta infección, es por ello que los individuos que tienen deficiencia de esta proteasa son más susceptibles a padecer un enfisema. Las personas mayores de 40 años, principalmente los del sexo masculino, que practican el tabaquismo, se consideran los que, estadísticamente, podrían ser diagnosticados son el cuadro clínico; sin embargo, el índice de mujeres afectadas ha ido en aumento las últimas décadas.
Los síntomas más comunes son la dificultad para respirar y la tos no productiva. El deterioro de músculos accesorios viene como consecuencia de la necesidad de respirar empleando vías alternativas. La pérdida de peso es también un signo importante de los enfisemas. Una vez desarrollada la enfermedad, la frecuencia de la respiración aumenta considerablemente, el tórax permanece en un estado de inhalación, el aire es a menudo expulsado en pequeños soplos y los pulmones se encuentran expandidos. Hasta la fecha, sólo se han estudiado 4 tipos de enfisemas: el panacinar, el paraseptal, el centrolobulillar y el irregular.