Por ejemplo, cuando una persona se reúne con otra después de un tiempo sin ver, él puede exclamar: ¡Qué alegría es verte! Hay exclamaciones relacionadas con la sensación del tipo: «cuánto te amo», «fue una sorpresa encontrarte nuevamente», «gracias por ser parte de mi vida». A través de las exclamaciones, los estados de ánimo también se transmiten en la comunicación interpersonal.
Para escribir y denotar esa misma sensación de estado de ánimo impetuoso, se utilizan signos de puntuación llamados «signos de exclamación» o «signos de admiración», que se colocan antes y después de la palabra o frase que se pretende resaltar (¡ ) Para abrir y » ! » Cerrar. Al leerlo, se debe hacer enfatizando lo que está bloqueado entre esos signos. Primero el tono se eleva abruptamente, y luego desciende. De lo contrario, no denotaría lo que realmente quería transmitir al escribir. Cuando se introduce una exclamación en un discurso, se llama ecofonía. Se usa como una figura retórica.
Puedes exclamar por el dolor: ¡Ya no toleré este dolor de muelas !, por amor ¡Quiero gritarle al mundo mi amor por ti!, Por indignación: ¡Esto constituye una violación de mis derechos de ciudadanía !, por sorpresa: ¡Nunca hubiera pensado en un final así!, por terror ¡Ayuda!
Las exclamaciones son parte de la comunicación interpersonal y también son frecuentes en el lugar de trabajo donde un trabajador puede expresar estados de ánimo que son una forma de alivio, por ejemplo, en momentos de estrés puede decir: «¡Estoy muy cansado!».
Cuando un orador o un maestro habla en público, también puede hacer exclamaciones concretas mostrando un dominio de la retórica al enfatizar aquellas partes de su discurso que quiere resaltar. En este caso, la exclamación muestra una convicción en lo que se dice.
Cuando se exclama, la calma y la serenidad se rompen. Es parte de una actitud activa y representativa de las emociones.
