Un ejemplo claro que puede definir perfectamente este concepto, es el caso de un individuo con diabetes, que gracias a su enfermedad el cuerpo no puede producir su propia hormona, es decir, la insulina por parte de las celulas del pancreas, entonces para mantener la estabilidad del enfermo, inyectarle exteriormente la insulina que le hace falta.
Son diversas las formas farmacéuticas, bajo las cuales pueden presentarse y comercializar los fármacos, con el único fin de beneficios terapéuticos del afectado y minimizar los efectos colaterales que estos a veces producen. Entre los que se encuentran: las líquidas que están integrados por los jarabes, aerosoles, colirios, entre otros. Sólidas, integradas por polvos, granulados, grageas, píldoras, entre otros. Semisólidas, pastas, crema, pomada, supositorios, entre otros.
Ciertos estudios ambientales han despertado una importante alerta a nivel mundial, con respecto de la contaminación que la interacción de varios fármacos entre sí pueden producirle al atmósfera y se debe a que cuando una persona se enferma e ingiere para curarse un fármaco, este, luego será expulsado del cuerpo a través de la orina y las heces las cuales llegarán a las aguas residuales y luego a ríos o mares, sin embargo, el deficiente tratamiento depurador que sobre estas realizan algunas plantas depuradoras hace que los residuos farmacológicos no puedan ser desaparecidos del todo, produciéndose la contaminación comentada.
