Desde entonces, y pese al hecho de que el feticidio femenino ha estado históricamente presente en la realidad de ese continente, comenzaron a estudiar en mayor profundidad, argumentando además que es, en nuestro tiempo cuando se ha alcanzado el mayor desequilibrio demográfico contra la mujer. eso podría haber causado al ser humano.
Los estudios sobre el feticidio femenino se han centrado en la parte asiática del mundo, específicamente en China y la India, donde las cifras demográficas son claros indicadores de su presencia profunda. A la luz de estos estudios trataremos de descubrir los factores explicativos del fenómeno, así como sus consecuencias.
El rechazo del feticidio femenino se ha convertido en algunos casos en objeto de tensión ideológica. Hay grupos que defienden al feto en cualquier caso, en algunos casos incluso utilizando la palabra «feto» al considerar que, desde el primer momento de la concepción, se asegura la existencia de un niño o una niña. En otra área se encuentran algunos grupos que, al designar a los defensores de la autonomía reproductiva, afirman que no se deben imponer límites a ningún tipo de interrupción voluntaria del embarazo (IVE) por el motivo que sea, para que no condenen al feticidio femenino.
También afirman que su realización encuentra legitimidad como una estrategia de supervivencia para las mujeres en sociedades patriarcales, oponiéndose a cualquier tipo de visión partidista o imperialista que les diga a las mujeres qué hacer con sus cuerpos.
El feticidio es un hecho obvio: terminar con la vida de un feto humano. Para algunos es un asesinato y no tiene justificación, ya que la vida humana debe protegerse desde el momento de la concepción. Esta posición es rechazada por aquellos que consideran que sus tradiciones culturales legitiman el feticidio.