La región en donde se encuentra la flebitis se aprecia enrojecida e inflamada produciendo síntomas como dolor, inflamación y urticaria (comezón), seguidos por una sensación de hormigueo en el miembro afectado, la flebitis nunca pasara más allá, de ser una molestia persistencia para la vida diaria del paciente, sin embargo la que puede generar complicación es la tromboflebitis, esta es una flebitis (inflamación de la vena) producida por la adhesión de un coagulo en la pared del vaso sanguíneo, esta patología se debe mantenerse en constante cuidado y observación debido a que se corre el riesgo de que se desprenda una porción de ese coagulo y viaje a través del torrente sanguíneo, en el momento en que la partícula del coagulo este recorriendo todos los vasos sanguíneos se le conoce como embolo y puede posicionarse en los vasos de menor calibre, obstaculizando totalmente el paso normal de la circulación.
Se corre el riesgo de que el embolo se sitúe en el pulmón generando un edema pulmonar, o se ubique en las arterias coronarias originando un infarto agudo al miocardio (IAM), y también puede ubicarse en las arterias cerebrales (son las de menor calibre) originándose un accidente cerebrovascular (ACV) isquémico por disminución de oxígeno, que puede progresar a hemorrágico complicando el estado de salud de los pacientes.
Las flebitis principalmente se pueden generar por un traumatismo a nivel vascular por algún organismo patógeno o por permanecer inmóvil largos intervalos de tiempo, estas inflamaciones pueden clasificarse en superficiales y profundas. Las flebitis superficiales se generan en venas que se encuentren cercanas a la piel, y las profundas son inflamaciones en venas que se encuentren en el interior de los miembros, estas son menos comunes y más difíciles de solucionar. Los síntomas más comunes al presentarse una flebitis son: inflamación en la zona donde se encuentra la vena afectada, dolor a la palpación, sensación de calor y sensibilidad en el sitio de la lesión.
