El herpes simple: es aquel que se manifiesta de manera intensa en la piel, en forma de ampollas que se agrupan en racimos; estas vesículas presentan unos bordes de color rojizo. Este tipo de herpes es originado por el virus herpes simplex de tipo 1 o el virus de herpes hominis tipo 2, el cual afecta zonas como la boca, labios y cara, además de la zona de los genitales.
El modo de contagio de esta clase de herpes es el siguiente: el herpes tipo 1 el cual se manifiesta en la zona bucal, las mismas ampollas contienen el virus y éste es liberado por ellas. Mientras que una persona puede infectarse con el herpes tipo 2 al mantener relaciones sexuales con una persona infectada.
En la actualidad no existe una cura absoluta para el herpes simplex, ya que el virus al introducirse al organismo, permanece en este de manera inactiva, con reapariciones de manera ocasional. Sin embargo existen tratamientos profilácticos ante la presencia de brotes, que permiten ayudar a que la persona tenga una recuperación rápida y que evite el contagio de otras personas. Algunos de ellos son:
Tratar de tocar lo menos posible las heridas.
Mantener la zona infectada limpia.
Lavarse las manos luego de tener contacto con la lesión.
En el caso del herpes genital, evitar mantener relaciones sexuales, hasta tanto las ampollas se hayan curado en su totalidad.
En cuanto al herpes bucal, se recomienda evitar mantener contacto directo con otras personas, desde el comienzo de la lesión hasta que esté totalmente curada.
En cuanto al herpes zoster, éste se origina por una reactivación del virus latente varicela que afecta los ganglios nerviosos sensoriales. Se caracteriza por un fuerte dolor por toda la extensión del nervio y la subsiguiente aparición de ampollas arracimadas en el área de la piel equivalente al trayecto del nervio.
Esta clase de herpes también puede manifestarse en cualquier zona del cuerpo. Entre sus primeros síntomas se encuentran: fiebre, dolor de cabeza malestar general. Luego comienzan los hormigueos, el escozor y un intenso dolor en el área del nervio afectado, hasta que se origina la erupción en la piel.
