En este ámbito de las finanzas, puede ocurrir un problema holdout producido cuando un emisor de bonos se encuentra en default o cerca de default, y lanza una oferta de canje en un intento de reestructurar la deuda en poder de los tenedores de bonos existentes. Este intercambio ofrece típicamente solicitar el consentimiento de los titulares de una parte mínima de la deuda total en circulación, a menudo por encima del 90%, puesto que a menos que los términos de la fianza dispongan otra cosa, los tenedores de bonos que no autoricen, conservarán su derecho legal de exigir la devolución de sus bonos a la par. Los emisores de bonos que no brinden su consentimiento y conservan su derecho a solicitar la devolución total de los bonos originales, pueden interrumpir el proceso de reestructuración, creando una situación conocida como el problema holdout.
Lo que quiere decir que es visto por muchos como una manera de especular dado que dichos bonistas apuestan a que se realizara la reestructuración del adeudo incluso de no haber brindado su consentimiento o autorización, lo que significaría el incremento de las posibilidades de obtener un pago al valor nominal, entretanto que aquellos bonistas que aceptaron obtendrán un pago menor de acuerdo a los términos de la negociación. Por otro lado de no realizarse la reestructuración entonces no se obtiene ningún tipo de ganancia.