Aunque se recomienda variar el lugar de la exposición de la inyección, ya que los lugares inyectados pueden presentar dolor, hematomas, hipersensibilidad al tacto, escozor, enrojecimiento, endurecimiento; se debe tener especial cuidado y estar en constante revisión de la zona y buscar partículas en forma de bolitas o que se cambie el color muy drásticamente inmediatamente después de ser inyectada la dosis, no se debe mezclar con otras drogas, ni se debe volver a usar la jeringa para una nueva dosis, si sobra contenido en el envase se debe de votar ya que una vez abierta se contamina la muestra.
Se usan en pacientes mayores de 65 años de edad y en más jóvenes, pero en niños y en adolescentes aún no está permitido por sus efectos secundarios, en personas mayores de 75 años se deben tener especial cuidado y atención médica constante sobre todo si son paciente geriátricos. Sus efectos secundarios son fuertes, variados y mortales, en algunos casos causan neoplasia e infecciones graves frecuentes, sobre todo si son adultos mayores de 75 años de edad, se puede desarrollar un tipo raro de cáncer (linfomas) que crecen aceleradamente y causan la muerte, disminuyen las células buenas de la sangre evitando que se llegue a coagular o pueda combatir las diferentes infecciones, fiebres altas y frecuentes, sudoraciones repentinas, pérdida de peso como fatiga, falta de apetito, dolores estomacales, orina frecuente o la falta de ella como cambiar el color y el olor de la misma, sangrado con facilidad o ictericia ya sea solo en los ojos o en todo el cuerpo (coloración amarillenta de la piel).