La iconografía es un campo en el que no sólo se analiza la simbología y riqueza presente en las diversas figuras, sino el trasfondo de las mismas.
De acuerdo con lo explicado por el DRAE, el término tiene sus orígenes en la palabra latina “iconographĭa”, que a su vez se deriva del griego “εἰκονογραφία”, que, aunque tenían un significado similar al de hoy en día, estos precisaban la descripción de cuadros, retratos, estatuas, monumentos antiguos, además de ser así como se le llamaban a las colecciones de obras artísticas como las ya mencionadas. Está relacionada con la iconología; llegando a resultar difusos los matices que las diferencian, debido a que se encargan de tratar puntos similares, como son los temas que se tratan en los cuadros (iconografía) y le significado que estos albergan (iconología).
La iconografía, tradicionalmente, se ha dividido en tres grandes campos, partiendo de los rasgos que inspiran al artista, siendo estos: la mitología clásica, la mitología cristiana y las representaciones seculares. De esta forma, se pueden estudiar los trasfondos históricos de cada estilo y movimiento, además de comprender la serie eventos que pudieron haber influenciado al artista en su trabajo.