La inseminación artificial puede emplear técnicas de reproducción asistida, donación de esperma y técnicas de cría de animales. Las técnicas de inseminación artificial disponibles incluyen la inseminación intracervical y la inseminación intrauterina. Los beneficiarios de la inseminación artificial son las mujeres que desean dar a luz a su propio hijo que puede estar en una relación lesbiana, mujeres solteras o que están en una relación heterosexual, pero con un compañero que sufre de infertilidad masculina. La inseminación intracervical (ICI sus siglas en inglés) es la técnica de inseminación más fácil y más común y se puede utilizar en el hogar para la autoinseminación sin la ayuda del médico. En comparación con la inseminación natural (es decir, la inseminación por relaciones sexuales), la inseminación artificial puede ser más costosa y más invasiva y puede requerir asistencia profesional.
¿Por qué es útil? Hace el viaje más corto para el esperma y consigue entrar alrededor de cualquier obstrucción. Su médico puede sugerir este método primero como un tratamiento para la infertilidad.
En el caso de las parejas heterosexuales donde la mujer tiene dificultades para concebir, antes de que la inseminación artificial se convierta en la solución para impregnar a una mujer, los médicos requerirán un examen tanto del hombre como de la mujer involucrados para eliminar cualquier obstáculos que les impiden lograr un embarazo naturalmente. La pareja también recibe una prueba de fertilidad para determinar la motilidad, el número y la viabilidad del esperma del macho y el éxito de la ovulación femenina. A partir de estas pruebas, el médico puede recomendar o no una forma de inseminación artificial.
El esperma utilizado en la inseminación artificial puede ser proporcionado por el marido o la pareja de la mujer o por un donante de esperma conocido o anónimo. El esperma del esposo puede usarse cuando la limitación física de èl impide su capacidad de impregnarla por relaciones sexuales o el esperma de la pareja se haya congelado en anticipación a algún procedimiento médico si ha muerto. En otros casos, puede usarse esperma de un donante anónimo o conocido.