La premisa principal del terapeuta del habla es rehabilitar, en la medida de lo posible, las funciones alteradas y con la ayuda de las conservadas, equipar al paciente con estrategias para usar sus habilidades, tratando de aprender a combinarlas de forma útil y funcional, con vistas a la gestión e interacción de estos durante la realización de las actividades de la vida cotidiana. incluso se ocupa de los problemas orofaciales, a través de la terapia miofuncional. En algunos países, existe la figura del profesor de audición y lenguaje, un profesional que puede confundirse con el terapeuta del habla al realizar un trabajo similar dentro del marco educativo.
Así que; el terapeuta del habla trata los trastornos del desarrollo del lenguaje, la articulación, la fluidez y el ritmo, el habla, la audición, la neurología, la voz, el lenguaje escrito y los trastornos de comunicación asociados con el autismo, la deficiencia mental, la parálisis cerebral, etc.
El lenguaje es motivo de preocupación cuando, en lugar de facilitar la comunicación, lo impide. Dada la situación de un niño que tiene dificultades del habla, tanto expresivas como integrales, el terapeuta del habla siempre debe tener en cuenta que los problemas del niño tienen o tendrán un impacto en su entorno inmediato y, si esto sucede, será fácil caer en un peligroso deterioro en su desarrollo. Esto significa que el entorno familiar y social del niño también debe incorporarse en la evaluación, la programación y el pronóstico, de modo que los problemas del lenguaje deben abordarse en el marco del desarrollo general del niño.
El terapeuta del habla tiene una formación científica estrechamente relacionada con la psicología, ya que no debemos olvidar que el comportamiento humano se manifiesta en gran medida a través del lenguaje. Por otro lado, el profesional de la logopedia debe incorporar técnicas de aprendizaje para ayudar a sus pacientes, de modo que la logopedia también se relacione con la pedagogía.
Las sociedades avanzadas tienen un problema de envejecimiento y esto conduce a problemas médicos, especialmente al deterioro de las facultades mentales, una circunstancia en la que un logopeda puede tener una implicación muy relevante. La terapia del habla no detiene el deterioro cognitivo, pero puede permitir que disminuya la velocidad.
Algunas alteraciones del lenguaje tienen consecuencias en la vida general de los pacientes, como sucede con el tartamudeo. Por esta razón, el logopeda es más que solo un técnico que se ocupa de los problemas del habla.
