Pequeños granos de magnetita ocurren en casi todas las rocas ígneas y metamórficas. La magnetita es negra o marrón-negra con un brillo metálico, tiene una dureza Mohs de 5-6 y deja una franja negra.
El nombre químico IUPAC es el óxido de hierro y el nombre químico común es el óxido ferroso-férrico.
Además de las rocas ígneas, la magnetita también ocurre en las rocas sedimentarias, incluyendo formaciones de hierro con bandas y en sedimentos lacustres y marinos tales como granos detríticos e magnetofosiles. También se cree que las nanopartículas de magnetita se forman en los suelos, donde es probable que oxiden rápidamente maghemita.
La magnetita se encuentra a veces en grandes cantidades en la arena de la playa. Tales arenas negras (arenas minerales o arenas de hierro) se encuentran en varios lugares, como Lung Kwu Tan de Hong Kong, California de los Estados Unidos y la costa oeste de la Isla Norte de Nueva Zelanda. La magnetita se lleva a la playa a través de ríos de erosión y se concentra a través de la acción de las olas y corrientes. Se han encontrado depósitos enormes en formaciones de hierro con bandas. Estas rocas sedimentarias se han utilizado para inferir cambios en el contenido de oxígeno de la atmósfera de la Tierra.
Debido a su alto contenido de hierro, la magnetita ha sido durante mucho tiempo un importante mineral de hierro. Se reduce en altos hornos a hierro fundido o hierro esponjoso para la conversión a acero.
La grabación de audio con cinta de acetato magnético se desarrolló en la década de 1930. El magnetofón alemán utilizó el polvo de magnetita como medio de grabación. Después de la Segunda Guerra Mundial, 3M Company continuó trabajando en el diseño alemán. En 1946, los investigadores de 3M descubrieron que podían mejorar la cinta basada en magnetita, que utilizaba polvos de cristales cúbicos, reemplazando la magnetita con partículas en forma de aguja de óxido férrico gamma (γ-Fe2O3).
La magnetita es el catalizador para la síntesis industrial del amoníaco.