En la actualidad existen pruebas de que este elemento ha sido utilizado por parte del hombre desde tiempos antiguos y existe evidencia de su uso en varias zonas del planeta, incluyendo a la Antigua China y la India, como también en el Antiguo Egipto. Sin embargo, en lo que concierne a su descubrimiento, aún sigue siendo un misterio, pero lo que sí se sabe es que recibió su nombre en honor al dios romano homónimo, el cual según cuentan los relatos mitológicos era mensajero rápido de los dioses. De igual forma este guarda cierta relación con el planeta Mercurio.
Tal y como se mencionó anteriormente el mercurio es un elemento con características distintivas, una de las más importantes es el hecho de que a temperatura ambiente se mantiene en estado líquido, posee una tonalidad plateada con claros tonos blanquecinos, es un metal pesado y funciona muy bien en aleaciones con otros metales, entre los que se pueden destacar al oro o plata, los cuales se conocen como “amalgamas”.
Es importante destacar que el mercurio es considerado un elemento de alta peligrosidad y dañino para los seres vivos. Si se da el caso de que el mercurio entre en el organismo, ya sea por medio de una pequeña herida u otro medio, como ha sucedido en muchos casos, los resultados son fatales. Ya que puede provocar enormes daños en los nervios, el hígado y los pulmones, por solo mencionar los efectos más importantes, por lo cual es muy importante ser cauteloso cuando se manipula este metal.