En el budismo, existen varios relatos sobre milagros. Entre ellos se encuentra aquél sobre Beopheung de Silla, un rey, cuya voluntad era la de convertir el budismo en la religión predominante de su nación. Uno de los secretarios de este, llamado Ichadon, concibió un elaborado plan, que consistía en enviar una serie de cartas a los hombres que se oponían a tal decisión, en donde se les explicaría que la doctrina ahora sería obligatoria. Cuando se enteraran de que esto era falso, Ichadon tomaría asumiría la culpa y serpia condenado a muerte; este, antes de su ejecución, le dijo al rey que un milagro ocurriría. Al cortarle la cabeza al hombre, esta salió despedida hacia las montañas, impulsado por una leche que sustituía la expulsión de sangre. Con esto, el budismo fue finalmente aceptado.
En el islam también se encuentran una serie de milagros realizados por Mahoma. Uno de estos fue la multiplicación de la comida, que ocurre en diversos tramos de la historia narrada en el Corán. En el cristianismo, en el antiguo testamento se describen diversas situaciones en las que Dios ayuda a los seres humanos, otorgándoles algún tipo de beneficio; en el nuevo testamento, por su parte, se pueden encontrar todos los milagros llevados a cabo por Jesús, que se asemejan a los de Mahoma.