La persona que manifiesta esta conducta se le llama misoginia o misógina. Un misógino además de odiar a las mujeres, tiende a criticar y menospreciar el rol de éstas dentro de la sociedad. Esta postura todavía es muy común en países como el medio oriente.
Cabe destacar la diferenciación que existe entre el término machismo y misoginia; los hombres machistas no odian a las mujeres, simplemente desean ejercer un control sobre ellas, ya que las consideran inferiores a ellos. El machismo considera a la mujer, solo para brindar placer sexual, para reproducirse, y para que cumpla con las labores del hogar, para más nada. En cambio en la misoginia existe la ausencia absoluta de la figura femenina en la vida del hombre.
Según estudios, se piensa que la misoginia puede ser causada por traumas a edades tempranas, ocasionados por una figura femenina de su entorno; por ejemplo, una madre muy severa, una hermana abusadora, una profesora muy estricta. Todos estos traumas pueden desencadenar en el niño sentimientos que lo afectarán en su futuro.
Las primeras señales que identifican a un misógino, quizás no se noten al principio, sin embargo, con el paso del tiempo se van a ir manifestando. Los misóginos aprovecharán cualquier oportunidad para mostrar su disconformidad hacia las mujeres, ya sea a través de burlas, groserías, menosprecios. Cuando están frente a una mujer suelen ser egocéntricos, vulgares, y muy competitivos.
La misoginia es un problema, que aunque no lo crea, todavía está muy presente no solo en las sociedades orientales, sino también en las sociedades occidentales. El maltrato a la mujer se encuentra penado ante la ley, sin embargo en la práctica, la mujer aún recibe desprecio, abuso y maltrato por parte de los hombres.