A las multas, en el ámbito jurídico, se les denomina también “penas pecuniarias”; este uso se ve mucho más marcado cuando se trata de las multas iniciales, aquellas que son resueltas con sólo una transacción económica. Por otro lado, las multas coercitivas son las sanciones que vienen como consecuencia del incumplimiento del pago de las multas pecuniarias y se caracterizan por reiterarse en ciertos períodos de tiempo, en caso de no efectuarse; en algunas ocasiones, se les ve como una herramienta para forzosamente cumplir con las obligaciones impuestas por el Estado.
En caso de que el ciudadano no cumpla con ninguna de las sanciones impuestas, se procederá a ejecutarse una “apropiación del patrimonio”, un proceso en el que el Estado hace uso de su poder y es capaz de tener acceso a los ahorros del deudor y finalmente cancelar la suma de dinero previamente acordada. Esto se puede lograr sin la mediación de un tribunal y, en caso de la resistencia, se puede coaccionar a la persona.