Las murallas se solían utilizar para encerrar a una región determinada y también para poner límites entre territorios distintos, es decir para establecer una frontera, estas construcciones generalmente se realizaba a partir de rocas grandes y ladrillos debido a su gran resistencia. Su propósito no era más que evitar el paso hacia dicha zona, a menos que se fuese un aliado, por ello contaba con pequeños espacios por donde se realizaban grandes puertas igual de resistentes que dicha muralla. En ella además se podían encontrar vigías para de esa forma poner mayor resistencia a los ataques y también en caso de que el enemigo intentara escalarla, sin mencionar que desde allí se podía avistar a los enemigos a larga distancia, lo que permitía que los soldados se pudieran preparar para una batalla.
Sin duda alguna fue durante la Edad Media que el uso de las murallas tuvo un incremento considerable, ya que eran ellas las encargadas de rodear a los castillos, para de esa forma brindar protección a los mismos, ya que era en ellas donde los integrantes de la realeza y de la alta sociedad solían vivir.
Cuando se habla de muralla es inevitable hablar de la majestuosa Muralla China, la misma fue edificada en el siglo V a.C. fue nombrada por la Unesco como patrimonio de la humanidad, ésta fue construida con el fin de proteger la región norte del Imperio Chino, según los expertos a lo largo de ella se encontraban apostados más de 1 millón de soldados, cuanta con una extensión de que supera los 8 mil kilómetros y su altura en promedio es de 6 metros.