Otra de las características de los niños arcoíris es que suelen recuperarse muy rápidamente de todas aquellas emociones negativas y perjudiciales, en parte esto puede estar relacionado al hecho de que tienen una personalidad bastante imponente y al mismo tiempo una gran voluntad. Aparte de todo desprenden una gran cantidad de energía, lo que puede verse reflejado en la actitud, ya que en general cuentan con mucho ánimo en el transcurso de cada día.
Mucho de estos niños pueden llegar a tener la capacidad de la telepatía o también la habilidad de curar patologías específicas. Es importante mencionar que a pesar de que los niños arcoíris son considerados buenos niños, muchas veces para los padres es algo difícil el controlarlos y es que la energía que tienen parece inagotable, lo que hace bastante difícil dicha tarea, ya que corren de uno a otro lado lo que termina por agotar a sus padres. En ocasiones se da el caso de que los padres recurren a la medicina en busca de ayuda, creyendo que el niño presenta algún problema psicológico, ignorando el hecho de que tienen por hijo a un niño arcoíris, lo que puede ser considerado como un privilegio.
El objetivo primordial de estos niños es dar fin a las etapas finales de aquellas bases que los denominados niños cristal y niños índigo dejaron atrás. A los niños índigos por su parte se les reconoce porque terminan rompiendo con los paradigmas que el pensamiento tradicional posee, mientras que los niños cristal representan las bases de el denominado paradigma roto y es por ello que se dice que los arcoíris son los encargados de terminar lo que los otros dos no completaron.