Desde lo legal, pueden ser considerados niños, aquellos sujetos que no han alcanzado la mayoría de edad; esto puede variar de acuerdo al país, pues, la mayoría de edad es considerada a partir de los 18 años normalmente, pero en otras naciones puede ser a partir de los 15 años. Los matices culturales que se pueden hallar alrededor del planeta son tan variados como los colores; en algunos territorios las costumbres sociales y legales están determinadas por la religión que se sigue o por las reglas establecidas mientras habitaba una generación ancestral de gran importancia.
El desarrollo intelectual y psicológico también influye en el ser considerado niño, pues, si estos aún no concuerdan con los parámetros establecidos por los adultos, no será considerado un ser ya formado para valerse por sus propios medios. El aspecto físico es un factor, de igual forma, de suma importancia para establecer cuando el niño ingresó a la adolescencia.
Las vivencias y aprendizajes que el niño adquirió durante su infancia, lo ayudarán en un futuro a saber cómo lidiar con las presiones sociales y las expectativas que depositan en él. Igualmente, sabrá cómo expresarse con el mundo exterior, haciendo uso de pequeñas herramientas artísticas o descubriendo sus aficiones más convenientes.