Cabe destacar que un arzobispo no tiene más poder que un obispo, ambos están en el mismo nivel, la diferencia es el porcentaje de responsabilidad, siendo el arzobispo quien tiene que cumplir altos niveles de exigencia, ya que debe rendir cuentas sobre una diócesis más grande y más prestigiosa. Otro apelativo otorgado a los obispos es el de “metropolitano” con el apellido de la región a la que pertenezcan.
En la historia se plantea que el primer obispo respondía al nombre de San Atanasio, obteniendo el titulo aproximadamente en el siglo IV, sin embargo de acuerdo a la metodología de trabajo para evangelizar de los apóstoles y sus discípulos hacen considerar que los mismos fueron los primeros obispos, debido a que los discípulos eran los enviados a las regiones más pequeñas para entregar la palabra de Dios, de hecho para los gobernantes los apóstoles eran conocidos como “metropolitanos”.