La utilización terapéutica de la oxigenoterapia se ha convertido en una pieza clave de la terapia respiratoria. En estas circunstancias, el oxígeno se administra bajo prescripción médica. Hay dos tipos de terapia de oxígeno que se usan con más frecuencia:
- Oxigenoterapia normobárica: En esta opción, el médico incorpora oxígeno en diferentes concentraciones, por lo general entre el 21 y el cien por ciento. La administración se puede hacer usando cánulas nasales o máscaras, entre otras opciones.
- Oxigenoterapia hiperbárica: En este tipo de terapia de oxígeno, el oxígeno siempre se administra al cien por ciento de concentración. Para incorporarlo usa un casco o una máscara. La administración se realiza mientras el paciente está dentro de una cámara hiperbárica.
El objetivo de esta terapia es aumentar el suministro de oxígeno a los tejidos utilizando la hemoglobina como medio de transporte. Cuando la cantidad de oxígeno que ingresa al cuerpo es alta, causa algo de presión en el alvéolo que hace que la hemoglobina se sature. De esta forma, la presión de oxígeno alveolar aumenta, el trabajo respiratorio y cardíaco disminuye y la presión de oxígeno se mantiene constantemente.
Esta terapia se prescribe en situaciones en las que los pacientes tienen una disminución en la cantidad de oxígeno en la sangre como resultado de problemas como anemia o insuficiencia respiratoria aguda o crónica. Esto puede generar hipoxia.
Los principales problemas que puede tener este tipo de terapia se derivan de una concentración inadecuada de oxígeno, o un exceso del tiempo al cual el paciente se somete al tratamiento. Esto puede ser contraproducente en algunas patologías, como las relacionadas con problemas respiratorios crónicos. En estos casos, no medir bien las dosis puede causar el aumento en la concentración del gas en la sangre para inhibir la estimulación de los receptores sensibles y provocar un paro respiratorio.
En los últimos años, el uso de la oxigenoterapia como tratamiento alternativo contra la mesoterapia y la toxina botulínica (botox) está aumentando. Las razones son que esta opción es menos invasiva para el tratamiento de la piel ya que no requiere el uso de cirugía y es indolora.
Las principales aplicaciones que se le atribuyen a este tratamiento es la mejora del tono de la piel combinada con tratamientos alternativos. Los principales tratamientos estéticos en los que se utiliza son pieles secas, arrugas, pieles grasas o envejecidas. La razón por la que la terapia se adapta a diferentes tipos de piel es que el oxígeno proporciona una gran hidratación a la piel y aumenta la producción de colágeno.