La expulsión de oxitocina se da sólo cuando los genitales reciben estimulación, al igual que el tacto a los pezones. Se sabe que se excreta una gran cantidad del químico cuando una mujer está dando a luz y al momento de amamantar; todo se resume al envío de información al cerebro, el que de inmediato empieza a fabricar grandes cantidades de oxitocina, expulsadas algunos segundos después de estas acciones. Aun así, no sólo los humanos contienen esta hormona dentro de sí, otros mamíferos también la poseen y la resguardan dentro de sus corazones.
Se ha confirmado que los niños autistas tienen un grado más bajo de oxitocina en el organismo, por lo que se llevaron a cabo diversos estudios, en los que se administró algo de este compuesto, dando como resultado una mejor comprensión del mundo y una entablación de relaciones sociales mucho más versátil en los pacientes.