En la antigüedad antes de que existiera el papel, los pobladores chinos utilizaban listones de madera y bambú para plasmar su escritura, pero dichas técnicas no eran muy factibles, puesto que complicaban la tarea de escribir, además de suponer un problema al momento de querer guardar para la posteridad a dichos escritos. Posteriormente con la aparición del pincel de pelos fueron varios los intentos que se realizaron para elaborar papel a partir de diferentes materiales como el arroz, la seda, la paja y el algodón, a pesar de esto el primer proceso en donde se elaboró papel a partir de la corteza de un árbol se le atribuye a Cai Lun quien fuera consejero del emperador de la dinastía Han oriental.
La elaboración tradicional para elaborar papel consiste en colocar un conjunto de fibras a remojar en agua, para luego ser secadas en lo que se conoce como tamiz, todo esto con la finalidad de que se forma una capa de fibras unidas de forma aleatoria, posteriormente se terminan de escurrir las fibras utilizando el método de secado y presión, dejando como resultado una capa muy fina de fibras entrelazadas.
En la actualidad el mercado del papel es bastante grande y diverso, ofreciendo un gran número de tipos de papel los cuales se elaboran para ajustarse en lo posible a cada una de las exigencias de los consumidores. Lo que hace la diferencia entre un tipo de papel y otro es:
- Durabilidad: propiedad de permanecer a través de los años.
- Estabilidad: que mantenga las dimensiones correctas sin importar las diferentes condiciones ambientales en donde se encuentre.
- Resilencia: propiedad que permite que el papel recupere su forma luego de que la misma ha sido modificada.