Este comportamiento puede ser riesgoso, si es llevado al extremo, ya que la persona se está auto engañando, al decir que va a hacer algo y lo va retrasando, como si de esa manera pospusiera la incomodidad de realizarlo.
Las causas que desencadenan este comportamiento son variadas: depresión, ansiedad, etc. Sin embargo la postergación puede surgir por motivos que son justificables, ya que existen casos en donde se deben adoptar ciertas resoluciones que pueden ser complicadas y es mejor tener información suficiente, por lo tanto, suelen aplazarse, hasta que se cuente con todos los datos necesarios para tomar la decisión correcta.
Es importante que la persona no se acostumbre a aplazar las responsabilidades que tiene, si bien es cierto, que a veces resulta fastidioso hacerlas, por ejemplo realizar las tareas de la casa (reparar el lavaplatos, la tubería que gotea, limpiar el garaje, pintar la casa, etc.), están son actividades que de todas maneras deben realizarse porque si no, todo sería un caos.
Lo mismo ocurre en el trabajo y en la escuela; la persona no puede aplazar o retrasar las labores que le son delegadas, ya que eso demostraría que es una persona irresponsable y le acarrearía serias consecuencias.
Es realmente significativo que en la familia se fomente el valor de ser responsable y a evitar aplazar las cosas, así sean tediosas, ya que de esta manera les va enseñando lo que es la responsabilidad y los harán unos hombres y mujeres de bien.