Lo cierto es que a través de este tratamiento se evita el contagio; claro está, que éste debe iniciarse lo más pronto posible, luego de haber estado en contacto con el agente infeccioso. Este tratamiento puede durar cuatro semanas, el cual puede ser ocupacional, para las personas que trabajan en los centros de salud y no ocupacional, para aquellas personas dentro del ámbito de las relaciones sexuales y el consumo de drogas.
La PPE debe administrarse como máximo a las 72 horas de haber tenido contacto con el virus; si ya han pasado las 72 horas, no es aconsejable la aplicación del PPE, sin embargo esto queda a criterio del médico, será él quien evaluará si el riesgo de exposición al VIH es más o menos grave.
A pesar de que la eficacia de esta medicación no se ha evidenciado en ensayos clínicos, se ha ido aplicando con resultados positivos en la población ocupacional, es decir en las personas expuestas al VIH durante la práctica de su actividad profesional (médicos, enfermeras, asistentes de laboratorio, etc.)
Este tipo de exposición dentro del plano laboral, por lo general, sólo ocurre una vez. En cambio existen personas que debido a su conducta o estilo de vida pueden estar en riesgo de contagio en muchas ocasiones. Por lo que es importante acotar que la PPE no debe ser tomada como un método fácil de evitar el contagio de VIH.
Existen muchos motivos que demuestran que la aplicación de la PPE no resulta una buena opción en aquellos casos que no sean ocupacionales, algunos de ellos son:
Aún no se han realizado estudios que demuestren su eficacia en los casos de exposición no ocupacional.
El PPE no debe ser vista como “la pastilla del día siguiente” ya que es un tratamiento que abarca la ingesta de varios fármacos, lo que pudiera resultar un poco costoso.
Si se desea un resultado favorable, es necesario que este tratamiento se cumpla en su totalidad, si por alguna razón se salta la dosis es posible que se contagie de VIH.
Este tratamiento puede provocar la aparición de efectos secundarios, algunos de ellos son: náuseas, vómitos, dolor de cabeza, malestar general.