El músculo esquelético es el encargado de mover el esqueleto en las articulaciones, por lo que al descomponerse dicho tejido muscular, se producen síntomas como la sensibilidad muscular, rigidez o dolor muscular y debilidad en los músculos que han sido afectados. Además otros síntomas de esta enfermedad son la debilidad generalizada, la disminución de producción de orina, la orina producida es expulsada de color castaño oscuro, rojo o incluso con un color como el del refresco de cola negra, mialgia, deshidratación, confusión, fiebre, vómitos, convulsiones y el aumento de peso involuntario.
También, al descomponerse el tejido muscular se empiezan a liberar los contenidos de las fibras musculares en el torrente sanguíneo, las cuales pueden afectar algunos órganos del cuerpo como el riñón, pudiendo ser causantes de una insuficiencia renal aguda.
En la fase subaguda de regeneración, alrededor de una semana después del comienzo de los síntomas, disminuye lentamente la sintomatología y retrogradan los valores de laboratorio.
Muchos de los casos de rabdomiólisis son causados por el consumo de drogas como anfetaminas, PCP, estatinas, heroína y cocaína. Otra de las razones son las infecciones, traumatismos, isquemia, extremos en la temperatura corporal, otras enfermedades musculares genéticas, convulsiones, bajos niveles de fosfato, procedimientos quirúrgicos prolongados, deshidratación grave, intenso esfuerzo por correr maratones y también puede ser causada por fármacos, debido a la reacción que muchos pueden tener con una gran parte de ellos.
Por otra parte, las complicaciones en el caso de una rabdomiólisis extensa pueden ser: síndrome compartimental por la tumefacción intensa, rabdomiólisis recidivante, necrosis muscular irreversible, insuficiencia renal aguda por mioglobinemia, hipokalemia e hiperkalemia, desequilibrios químicos dañinos para la sangre y el shock (baja de la presión arterial).
La rabdomiólisis puede ser diagnosticada mediante pruebas y exámenes como: físico (para identificar músculos esqueléticos sensibles o dañados), evaluación del nivel de creatina-cinasa (CK), mioglobina sérica, calcio sérico, potasio sérico, mioglobina urinaria y el análisis de orina. También puede detectarse al evaluar las isoenzimas de CPK, creatinina en la orina y creatinina en suero.
El tratamiento de esta enfermedad consiste en el consumo de líquidos con bicarbonato, para la prevención del daño renal, diálisis renal (de ser necesario) y diuréticos, para cuando la producción de orina disminuye. Debe tener vital cuidado con la insuficiencia renal y los bajos niveles de calcio en la sangre.