La principal propiedad que tienen los Rayos X es realizar una fotografía del cuerpo obviando los tejidos blandos, entiéndase, músculos, órganos, venas, tendones finos, entre otros. Los huesos por ser compuestos sólidos, absorben los rayos. Estos al no ser traspasados, generan una imagen negativa sobre un tipo de lámina de acetato especial que está colocada siempre por detrás del cuerpo a estudiar, al revelar la diapositiva, los huesos que toman la radiación de la máquina, se aprecian de color blanco, los tejidos no son obviados por completo, se conservan pero en una tonalidad menor, digamos, grisácea, siendo aún útiles para el estudio de la anomalía. Finalmente el fondo y grandes cantidades de líquido quedan de color negro.
La técnica de la radiografía ha evolucionado significativamente en los últimos años, las máquinas también se han adaptado para ofrecer una mayor cantidad de ángulos y formas de visualización. Ejemplo, las radiografías panorámicas permiten una vista completa de toda la dentadura humana, el aparato surca un semicírculo alrededor del rostro, todos los dientes se muestran en forma y dimensión exacta. Las máquinas que emiten estos rayos X pueden ser configuradas no solo para moverse y captar distintas formas, también se les puede definir el grado de densidad y apreciación de los diferentes tipos de tejidos que es capaz de reconocer.
Otro uso que se les ha dado a las máquinas de rayos X es por seguridad. Los diferentes terminales de transporte, tanto aéreos como terrestres, incorporan sistema de detección de armas, en los que sin necesidad de abrir los bolsos y maletas de los pasajeros, se pueden observar claramente los artículos metálicos y con aspecto de armamento, pues así como se aprecian huesos con facilidad, armas de hierro y aluminio brillan fácilmente ante un disparador de rayos X.