Uno de los elementos más importantes dentro del proceso argumentativo es la refutación, dado que así como en éste, en el método científico también tiene gran relevancia, dado que en los dos se buscan teorías verdaderas para hacer estudios de cada una de las disciplinas existentes. Muchas veces se niega una teoría por falta de pruebas consistentes y fidedignas que puedan sostenerlas. En ocasiones una refutación bien hecha aunque no sea correcta puede calar bien dentro de la disputa, todo depende de que los argumentos que da sean útiles para tal acción.
En el ámbito político, refutar es un término muy cotidiano, dado que siempre los gobernantes acusan a otros de no haber hecho nada durante su gestión y los acusados se defienden refutando tal acusación.
Para que una refutación sea exitosa se deben cumplir tres fases:
- Escuchar bien lo que dice la otra persona.
- La segunda fase es refutar y es cuando se procede a desglosar los aspectos de lo argumentado por la otra persona que sean falsos, estableciendo motivos que los tumben por completo.
- El momento de la conclusión, es la fase en la que debe dejar claro a la otra persona que sus argumentos estaban fuera de lugar o eran ilógicos.
Un ejemplo claro de la refutación en la historia mundial fue cuando Nicolás Copérnico refutó la teoría geocentrista, probando que el sol es el centro del universo. Galileo Galilei probó dicha teoría aunque para poder mantenerse vivo tuvo que guardarse la verdad.
