La palabra “monera” se origina a partir del griego “μονήρης” o “moneres”, que se puede traducir como “simple”, en referencia a que este grupo de seres viviente es el más simple de todos los estudiados. Este grupo, inicialmente, fue incluido por Haeckel, el hombre que se encargó de agrupar a los reinos, en el reino protista, como una ramificación de los organismos microscópicos más sencillos; en él, no se incluían a todos los especímenes a todos los procariontes que se conocían hasta esa época, además de que otros se encontraban en otros reinos, como el plantae, en donde se solían ubicar a las algas. Años después, Edouard Chatton propuso el uso de procariota y eucariota tal y como lo conocemos hoy en día.
Los organismos pertenecientes a este grupo cuentan con una serie de características, como: se tratan de los más pequeños seres con vida de la Tierra; casi todos son unicelulares; no cuentan con la presencia de orgánulos, como plastos o el núcleo celular mismo; generalmente se habla de organismos osmótrofos; por último, su reproducción es asexual.