Las remesas pueden ser de ingreso cuando se refieren a aquel dinero que se cobra, es decir que se emite una autorización por parte del usuario para que la entidad bancaria proceda a efectuar dicho cobro, cuando eso sucede automáticamente aumenta el saldo del banco del usuario ya que se cancela el monto a quien se le cobró. Por su parte las remesas de gastos o de pagos, se refieren a aquellas que proceden cuando la entidad bancaria recibe la aprobación por parte del cliente de pagar un cobro, entonces ocurre el efecto inverso, el saldo del cliente baja y se incrementa el del proveedor.
Luego del precedente de la revolución industrial las remesas tuvieron un auge, en especial gracias al fenómeno de la globalización y al de los desplazamientos masivos de las personas a otros lugares distintos al de su origen. Por lo general las personas que se trasladan a otros países lo hacen en busca de nuevas y mejores posibilidades económica y por ende emprender dicha aventura en solitario, para de esa forma el dinero que obtengan enviarlo a sus familias, que permanecen en el país natal.
Según los expertos este tipo de transacciones se encuentran en el puesto número dos en referencia a los movimientos de dinero a nivel mundial, seguido de las ayudas humanitarias que se hacen en situaciones de apremio. Esto quiere decir que las remesas ayudan a que el capital se mantenga en movimiento siendo una de las razones principales de que el dinero se traslade vía marítima. Las cifras de las remesas que un estado pueda tener, van a depender en gran medida de la situación económica, social y política del mismo.