Esta planta deriva de la Beta maritima L, la cual es una especie muy común en ciertas áreas costeras del norte de África y el sur de Europa, es importante señalar que ésta última no es considerada como comestible, sin embargo no se ha dejado a un lado su uso en áreas como la medicina, algo que comparte con la remolacha común. Para referirse a la remolacha como fuente de alimentos hay que dirigirse a la antigüedad, para ese entonces era frecuente que la planta se comiera casi en su totalidad, ya que su hojas también eran utilizadas como alimentos, para el siglo XIX su uso en el ámbito de la cocina tuvo un descenso un tanto brusco, esto se debió a que su uso se enfocó principalmente a la destilación de la misma para la elaboración de bebidas alcohólicas, además de elaborar a partir de ella la sacarosa.
Para las personas que no tienden a consumir ningún tipo de carne o productos de origen animal, es muy importante el consumo de la remolacha, ya que ella posee grandes nutrientes como vitaminas y minerales para suministrar energía al cuerpo, supliendo la energía que aporta el consumo de la proteína animal, una forma muy común de consumirla es a través de ensaladas e incluso en jugos, sin embargo los expertos aseguran que ésta mantiene mejor sus propiedades nutricionales si no es alterada, es decir cuando está cruda.
El cultivo de la remolacha es frecuente en ambientes frescos en donde haya agua en abundancia, ya que la planta la requerirá con mucha frecuencia, para que de esa forma se desarrolle su crecimiento sin ningún inconveniente.
Debido a su composición ésta resulta muy útil para combatir cuadros anémicos y ciertos dolores cardiovasculares, además de ello, debido a su alto contenido fibroso, es considerado favorable para el proceso de la digestión, también mantiene equilibrado los niveles de glucosa en sangre y ayuda a eliminar el exceso de colesterol.