Si tratamos de definir una reputación, podemos decir que es opinión, fundada o no, que algo o alguien goza en un todo social, y está construido culturalmente. Buena reputación es sinónimo de prestigio, notoriedad y buen nombre; mala reputación equivale a deshonrar o desacreditar.
En el caso de las personas, una buena reputación puede ser ganada por las obras que hizo y / o hace, por los méritos de su trabajo o estudio, por su nobleza, y así sucesivamente. Como vemos la buena reputación puede ocurrir en todos los aspectos de una persona o sólo en parte: por ejemplo «que el hombre es un caballero, atractivo, trabajador y amable, su reputación es impecable» y «María tiene una buena reputación como estudiante, pero ella es una mala compañera «, respectivamente.
Tenga en cuenta que no siempre la palabra reputación se utiliza con un sentido positivo, también es común que en el lenguaje ordinario y en algunos contextos usemos el término con una connotación negativa, por ejemplo, en aquellos casos en que las personas o ciertos lugares disfrutan, por alguna razón, por una característica o situación que ha ocurrido, entre otras alternativas, de una importancia que no es muy digna de mención.
Hoy en día, gracias al avance de Internet y las redes sociales, el concepto de reputación en línea ha surgido. Es un término que se utiliza para referirse a la imagen que un negocio en particular tiene en la Web. Es decir, el prestigio y valor que los usuarios le dan en ese espacio.
Con el fin de mejorar su imagen y lograr un mayor prestigio, es habitual que cualquier empresa contrate a un profesional llamado un administrador de la comunidad. Es un experto en Internet cuya clara función es gestionar y controlar los perfiles de los de las redes sociales, así como su blog o su sitio web.
De esta manera, a través de los mensajes e interactuando con los clientes, es cómo mejoran la imagen de la marca, que los usuarios de Internet confían en ella y apuestan por sus servicios o artículos, que mejoran sus resultados y, sobre todo, indiferente en todo caso.
Construir una reputación positiva es una tarea que lleva años y requiere consistencia. Es mucho más difícil lograr una buena reputación (es decir, ser admirado y respetado por otros) que destruirlo por una acción equivocada o un comentario engañoso.
