Antes de que surgiera esta revolución, el partido nacional, que para ese entonces, estaba en el poder, trató por todos los medios de crear una nación que estuviese fortalecida, centralizada y sobre todo, militarizada. Sin embargo, las exigencias del Tratado de Versalles, que acepto el poder de Japón sobre la base de China, e hizo posible la búsqueda de una salida estudiando un convenio con la Unión Soviética.
Precisamente, en el bando opositor y siempre encauzado hacia el comunismo soviético se encontraba el dirigente del partido comunista chino Mao Zedong. Este líder se ganó el aprecio popular, ya que para ese entonces existía mucho descontento entre la clase marginal, la cual debía sufrir por su crisis social en la que vivían.
Luego de la guerra del Opio, china quedó obligada a darle entrada al comercio exterior. Como se sabe, china era para esa época un país completamente agrario y en donde la mayor parte de su suelo se encontraba bajo la potestad del sector privado, el cual se mantenía estructurado bajo un estricto régimen feudal.
Durante la segunda guerra mundial Japón se apoderó de china y las dos fuerzas internas (nacionalistas y comunistas) que se encontraban en conflicto, decidieron unirse para combatir el peligro externo. Sin embargo el ejército nacionalista se preocupó más por su lucha interna en contra del comunismo, que a tratar de derrotar las aspiraciones de Japón. Una vez que esta batalla terminó, las discordias internas prosiguieron pero esta vez con una gran intensidad, mostrando de esta manera la potencia de las fuerzas revolucionarias.
Al final de todo este conflicto interno que vivía china para esa época, resultó vencedora el partido comunista liderado por Mao, siendo este el primer triunfo que tenía una nación dependiente y semicolonial. Se puede decir entonces que venció toda esa estrategia elaborada por Mao y cuya teoría se basaba en el camino del campo a la ciudad, donde el campesino tenía el poder principal y el proletariado era la fuerza que presidia. Es decir que miles de millones de campesinos y obreros, bajo la dirección de Mao vieron cristalizar el sueño de la liberación nacional y sobre todo social, anunciando el 1 de octubre del año 1949, el establecimiento de la república popular China.