Este acontecimiento se encuentra dividido en dos fases. La primera de ellas fue la revolución en la que el gobierno zarista fue derrocado y se establece a un gobierno temporal, y la segunda parte una revolución en la cual se elimina este gobierno temporal para posteriormente dar paso a un gobierno comunista. Cabe acotar que la revolución rusa tuvo una gran cantidad de luchas y discrepancias internas y dio paso a unas consecuencias que, fueron las esperadas por la población.
Una de las principales causas para que se iniciara la explosión social fue el descontento que la población tenía con el zar Nicolás II, quien mantenía un gobierno déspota y vivía con lujos de toda clase, al mismo tiempo que el pueblo de Rusia moría de hambre y se encontraba sin recursos a causa de las continuas batallas perdidas. Otro factor fue la opresión que las clases bajas sufrían y que contrastaba con el enorme poder mantenían algunos señores feudales, que aún en esa época mantenían el dominio de terrenos de gran tamaño que eran trabajadas por el sector campesino.
La primera revolución se llevó a cabo en febrero de 1917. Durante el desastre que se originó, el zar Nicolás II se dio cuenta de que no tenía un poderío militar suficiente para poder detener a la revolución y observó que su única solución era abandonar el poder. En este punto, un gobierno provisional asumió el control del estado.