La palabra “sicario” tiene su origen el vocablo latino “sicarius”, considerado el plural de “sicarium”; ésta se encuentra formada por la palabra “sica”, que se traduce como daga, lo que hace referencia a la facilidad con la que los asesinos ocultaban sus armas en los pliegues de sus túnicas. Era bastante típico que atacaran en los días de fiestas, cuando grandes multitudes se congregaban; cuando las fiestas fúnebres de la víctima llegaban, estos se presentaban junto al resto del pueblo y se lamentaban en público, para evadir sospecha alguna. Durante la época del imperio, era bastante notoria la regulación que tenían las penas contra los sicarios y que fueron manifestadas en la Lex Cornelia de Sicariis et Veneficis (Ley Cornelia sobre Apuñaladores y Envenenadores), publicada hacia el año 81 a. C.
Actualmente, la mayoría de los sicarios rondan las edades de 16 y 23 años, puesto que los empleadores buscan menores por su condición jurídica. Honduras es uno de los países en los que estos índices se han visto en aumento, sobre todo por la baja calidad de vida y la violencia que se vive en las calles.