La sífilis congénita puede provocar abortos, mortinatos, prematurez, condritis nasal, anormalidades neurológicas, sordera y malformaciones dentales en el bebé.
Esta infección se produce cuando la bacteria penetra la piel o las membranas mucosas que producen soluciones con continuidad, que generalmente se ubican en los genitales.
Es por ello, que la infección surge al tener relaciones íntimas sin la debida protección, por lo que puede manifestarse en la zona genital, la boca, los labios, entre otras zonas y puede afectar tanto a hombres como mujeres, sin distinción alguna.
Una vez que la bacteria se encuentra dentro del organismo, entre los 9 y 90 días siguientes a la infección aparece una lesión llamada chancro en el sitio donde ocurrió el ingreso de la bacteria (genitales, cuello uterino, recto, boca). Después de unas cinco semanas el chancro puede desaparecer, aunque la bacteria permanece en el cuerpo.
Entre cuatro y ocho semanas más tarde, aparece lo que se conoce como sífilis secundaria, que produce fiebre y erupción generalizada, la cual puede desaparecer hasta dos años, donde pasados éstos se produce la sífilis terciaria que se manifiesta con signos y síntomas neurológicos, cardiovasculares y comatosos.
Debido a que la sífilis causa úlceras genitales, las cuales sangran con facilidad, conlleva un mayor riesgo de transmisión y adquisición de la infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), debido a que se puede dispersar a la boca o ano.
La población con mayor riesgo de contraer esta infección corresponde a quienes se encuentran en edades comprendidas entre los 15 y 30 años, debido a que es el periodo donde mayor actividad carnal se tiene y donde se tiende a tener la actividad con mayor número de personas. Generalmente pasados los 30, las personas contraen matrimonio y tienden a mantener relaciones íntimas con la misma persona o con un número limitado.
Además estudios y cifras han revelado que la enfermedad ha ido en aumento en los últimos casos en hombres homosexuales.
