Dentro de lo que es la comunicación entre seres humanos, el silencio es un elemento importante, ya que éste en ocasiones comunica tanto como lo pueden hacer las palabras. Sin embargo el tiempo de las pausas, o las miradas que puedan ir acompañadas por este silencio hacen que éste pueda llegar a ser incómodo.
Cabe acotar que un silencio incómodo no necesariamente tiene que ser igual para todos los participantes dentro de un diálogo. Sin embargo, no se descarta la posibilidad de que todos perciban la incomodidad, lo que sí puede variar es el nivel de malestar que genera en cada persona. Dependiendo del nivel de exigencia que cada uno se imponga a la hora de hacer fluir una conversación, de igual manera será el malestar que genere dicha pausa.
El silencio cómplice como también se le conoce al silencio incomodo muestra un grado de intimidad que puede ser percibido por parte de los protagonistas que se sienten cómodos durante la conversación en presencia de la ausencia de palabras. a pesar de ello, no todos los silencios se puedan considerar como cómplices, sin embargo, alcanzar este grado de confianza en las relaciones personales no es algo fácil de lograr.
Durante una conversación hay silencios que son bastante incómodos, y que por lo tanto producen cierto nerviosismo emocional en el individuo que busca romper con las palabras en ese momento, el cual produce cierta tensión.
Una situación en la que es muy común que se presenten los silencio incómodos, es durante una primera cita, sobre todo cuando el encuentro no transmite la química que se esperaba por parte de las personas que intervienen y la conversación se suscita correctamente.