La solemnidad de un acto de la índole que sea es celebrada una vez al año o para un año entero. En el ámbito jurídico hace referencia a que todo acto formal debe venir acompañado de todos sus requisitos válidos y firmes ante tal hecho. Este término puede usarse para definir actos de gran formalidad, interesantes y majestuosos, bien porque se rinda homenaje a alguna celebridad, por alguna clase o exposición y por apreciar un lugar o sitio respectivamente. Los altos cargos gubernamentales, eclesiásticos, jurídicos así como artistas, diseñadores entre otros, que son altamente cotizados se ven siempre inmersos en actos o espacios solemnes por su nivel de importancia que los caracteriza.
Cuando se realiza una boda o matrimonio entra en juego la solemnidad del acto jurídico ya que es formal y firme ante la ley y en la celebración se pone de manifiesto a través del protocolo que se sigue en la misma. En el mismo orden de ideas la solemnidad viene a marcar la estructura según las normas establecidas y según las jerarquías que se aplican en la programación y desarrollo de diferentes actos.