Asimismo se tiene que la solubilidad puede ser expresada en porcentaje de soluto o en unidades como moles por litro o gramos por litro, todo dependiendo el uso que se le vaya a dar. Además, no todas estas sustancias se disuelven en los mismos solventes, dado que va a depender la composición de cada una de ellas. Por ejemplo, el elemento agua es solvente de la sal pero no del aceite.
Cada una de las sustancias tiene una influencia sobre su capacidad de solubilidad de otras. Cabe señalar que la solubilidad depende tanto de las características del soluto y del solvente como de la presión ambiental y de la temperatura en la que se encuentren los elementos.
Un factor que incide de manera sustancial en la solubilidad es la presencia de otras especies disueltas en el solvente. Es decir, si el líquido alberga complejos metálicos, la solubilidad se ve alterada. De igual forma influye, el exceso o el defecto de un ion común en la solución y la fuerza iónica también tienen incidencia en la solubilidad.
Con respecto a las condiciones de la solubilidad, se puede decir que la solución diluida , o sea la cantidad de soluto aparece en mínima proporción con respecto a su volumen, solución concentrada, es aquella con una cantidad importante de soluto, solución insaturada, es aquella que no alcanza la cantidad máxima tolerable de soluto, solución saturada es la que cuenta con la mayor cantidad posible de soluto o solución sobresaturada que la que contiene más soluto del que puede existir.
El equilibrio químico no es más que el proceso en el cual interactúan las actividades o concentraciones en el que no cambian en un periodo de tiempo. Todo tipo de relación que se establezca entre este y los estados disuelto y sólido de un compuesto se conoce como equilibrio de solubilidad y por eso se utiliza para anticipar la solubilidad de una sustancia en condiciones determinadas.
