En los procesos judiciales, las tachas son utilizadas para denegar pruebas testimoniales documentales y de peritos, alegando errores o falsedad en sus formalidades. La tacha en los documentos, le quita validez probatoria al escrito como tal, mas no, al acto jurídico implícito en el. Algunas de las causales por la que se pudieran tachar documentos son: la falsedad y ausencia de seriedad en el oficio.
Por otro lado, la palabra tacha en México se utiliza para definir una clase de droga, que se comercializa clandestinamente, las tachas son drogas sintéticas semejantes químicamente a las metanfetaminas y a la mescalina (alucinógeno), dicha droga es capaz de generar en los individuos que la consumen, diferentes efectos tanto físicos como psicológicos. Entre las consecuencias físicas están: pérdida del apetito, insomnio, cuando se consume en altas dosis puede generar nauseas, temblores, escalofríos, problemas cardiacos, inclusive puede llegar a ocasionar la muerte. Los efectos psicológicos puede ser: ansiedad, euforia, pérdida de la concentración, irritabilidad, alucinaciones tanto visuales como auditivas, psicosis, inquietud, etc.
El consumo de tacha no provoca dependencia física, aunque no se descarta que su uso pueda acarrear múltiples problemas, a los que se atrevan a consumirla de forma habitual.
En la antigua roma la palabra tacha era utilizada para hacer mención a la tacha de infamia, este término era manejado dentro del derecho Romano, como la definición que recibían muchos de los condenados, frecuentemente anexada a otros castigos, las personas insolventes eran llevadas a remates públicos de sus posesiones a través de un procedimiento especial denominado “bonorum venditio”. Los que recibían esta tacha eran los usureros, los gladiadores. Las secuelas de recibir esta tacha infamante es que quien la recibía no podía luego ejercer ninguna función o cargo público.