Estructuralmente se desarrolla completamente al tercer mes de gestación, con un promedio de peso de 15 gramos y continua creciendo hasta la pubertad donde es su alcance total del crecimiento, pesando unos 40 gramos, después a la edad adulta deja de crecer involucionando para luego atrofiarse progresivamente, produciendo el remplazo del tejido tímico con el tejido adiposo y conectivos areolar, alcanzando en la edad adulta unos 15 gramos sustituidos casi en sus totalidad por el tejido adiposo.
Influye claramente sobre el desarrollo y maduración del sistema linfático y la pronta respuesta defensora inmune del organismo, como en el desarrollo de las glándulas sexuales y el crecimiento del individuo y secreta timosina, timina y tiniopoyetina. Su principal función es la producción los linfocitos T, que se forman en la corteza del timo bajo las células reticulares, haciendo un proceso que hacen los linfocitos al reconocer las células del organismo.
Si no las reconocen son descartadas y eliminadas por los macrófagos, viajan por el torrente sanguíneos hasta llegar a los ganglios linfáticos, el bazo, las amígdalas y a las placas de peyer, entre las enfermedades relacionas con el timo por su incorrecta maduración esta la diabetes insulinodependiente, ya que los linfocitos T no reconocen a las células beta del páncreas destruyéndolas y el lupus eritematoso sistemático que al destruir las células descompensan a los órganos del cuerpo humano causando la muerte. En 1.961 se descubrió su importancia cuando Jacques Miller la extrajo por medio de una cirugía que se le aplico a un ratón, siendo de esto el resultado de la deficiencia en el sistema inmune del animal. El timo es de color gris rojo rosado, dúctil y lobulado en la superficie.