El primer Triunvirato, conformado por Julio César, Pompeyo y Craso, surgió como parte de la estrategia de ascenso político del primero, además de que Pompeyo, reconocido militar, necesita del apoyo por parte de los comerciantes, para lograr su objetivo de gobernar indirectamente; para ello, estableció relaciones con Marco Licinio Craso, el más rico y poderoso de esta clase, a pesar de las constantes diferencias que presentaban. Posteriormente, Julio César decidió unirseles, casando a su hija Julia con Pompeyo, formando, así, un trío que combinaba la riqueza, las estrategias militares y el encanto político. Sin embargo, casi diez años después, hacia el año 52 a.C, muere Julia y se despierta en Craso la envidia hacia los logros militares de Julio César, lo que, a su vez, hace dudar a Pompeyo. Con la muerte de Craso, este histórico Triunvirato finaliza para siempre.
El segundo Triunvirato, conformado por Marco Antonio, Octavio y Marco Emilio. Estos se unieron para tratar de reconstruir la República después del asesinato de Julio César, repudiando a todos los involucrados en el hecho. Estos se repartieron tres distintas áreas de Roma, para crear un plan de acción mucho más preciso; sin embargo, pronto iniciaron los conflictos en la unión, con Marco Emilio intentando arrebatar Sicilia a Octavio (caería al intentarlo), además de Marco Antonio repudiando a Octavia, hermana de Octavio, y dándole, en cambio, hijos a Cleopatra. Esto degeneró en una guerra civil contra Marco Antonio, que ganaría Octavio. Algunos meses después, Egipto pasaría a formar parte del Imperio Romano.