El Uréter etimológicamente proviene del griego «οὐρητήρ», su cuerpo interior tiene la propiedad de ser mucoso, para así garantizar un transporte efectivo del líquido y de los compuestos que se forman en los riñones. Cuando este órgano produce cálculos, que son elementos calcificados, se necesita una extra lubricación para estos al pasar por el conducto no queden trabados y puedan dañar al conducto.
La composición básica del uréter es de músculos flexibles entrecruzados en capas de diferente fibra que permiten controlar el esfínter, las capas musculares cubren todo el trayecto entre el riñón hasta la vejiga.
Las fallas en el conducto del uréter son muy vagas, todas en su mayoría influenciadas por un cambio en la anatomía del paciente o una complicación en los riñones, de donde proviene el producto que atraviesa el uréter. Una enfermedad llamada “Fibrosis Retroperitoneal” crea tumores que al acumular dimensión y forma, pueden desviar el uréter hasta presionarlo contra la pared de tejidos bloqueando el paso. Los cálculos renales ya mencionados anteriormente de ser de considerable tamaño pueden causar ruptura del tejido musculoso del uréter.