La persona en calidad de usufructuario no puede disponer de la propiedad para venderla, modificarla o alterar las condiciones de esta para que sirva de otra cosa, de eso se encarga el propietario del objeto en cuestión, quien seria él único con autoridad para disponer de ello.
Cuando un usufructo es acordado, las responsabilidades, deberes y derechos son repartidos entre los involucrados, el propietario de la cosa, no puede hacer uso de esta ni aprovecharse de sus frutos, pues eso le corresponde al usufructuario así como también la conservación del buen estado de la cosa y de mantener las ganancias en el mismo estado en el que se le entregaron, eso es responsabilidad de quien goza del préstamo. Es una especie de separación del dominio, pues ambas partes, de distintos ángulos, pero dominan la propiedad en cuestión.
Uno de los ejemplos mas palpables en la vida cotidiana de lo que es un usufructo es el alquiler de vivienda, automóvil o cualquier otro bien útil sin necesidad de ser el propietario absoluto del mismo. En un contrato de arrendamiento de una vivienda, el propietario establece una serie de normas, concernientes al pago de un tributo a cambio de que un inquilino habite la locación, este acepta y en ese momento se convierte en un usufructuario de la vivienda, podrá vivir en ella, hacerle modificaciones si el dueño lo permite, hacer de cuenta que es su casa, aunque no lo sea, el propietario a su vez, puede revocar el contrato, o puede cobrar por daños materiales causados por los inquilinos según sea el caso.
