A pesar de ser considerado como el dios del trueno y el cielo, sus funciones no solo se limitaban a esas dos características, por el contrario trascendía a cuestiones de mayor importancia, como mantener la paz en el mundo y por consecuencia prolongar la vida de los habitantes de la tierra, utilizando para ello el orden y la justicia como herramientas fundamentales. Según la leyenda, Zeus poseía la capacidad de estar presente en todos los lugares a la vez (omnipresencia), por tal motivo podría estar al tanto de los actividades de los mortales e incluso de los propios dioses, pudiendo intervenir en situaciones que lo ameritaba.
La diosa Hera fue la esposa de Zeus. Éste se consideraba uno de los dioses con mayor responsabilidad, puesto que sus funciones no ameritaba menos, sin embargo en lo que respectaba a cuestiones de amor, se podría decir que era su punto más débil, pudiendo llegar al punto de considerarse como descuidado en dicho aspecto, lo que generaba rabia en su esposa. Se cuenta que Zeus tuvo a un hijo llamado Hércules, el cual tuvo con una de sus tantas amantes, fue él quien desencadenó de la ira de Hera, por tal razón ella le asigno 10 trabajos y es de allí donde surge la leyenda del gran Hércules.
Otra facultad que poseía este dios, era la de cambiar de forma, de la cual se beneficiaba, con el fin de escapar de su esposa y poder tener sus amoríos en secreto, que podía incluir desde diosas hasta humanos.