Cuando el abuso sexual se hace hacia un menor, el violador (así se le llama a la persona que comete el abuso) se aprovecha de la inexperiencia o incapacidad del menor para entender ciertos actos entre los cuales está el de hacerlos tocar sus órganos sexuales, enseñarles películas pornográficas, hacer que los niños los observen cuando están desnudos, etc.
En estos casos la mayoría de las veces el violador es alguien cercano al niño o de, sus familiares, el abusador se gana la confianza del entorno familiar para tener libre acceso al menor. El violador puede valerse de muchas mañas para engañar a sus víctimas él puede actuar de manera evidente hacia la víctima aplicando la violencia, o por el contrario puede valerse de la confianza que la víctima tenga de él, porque es alguien cercano a su entorno familiar.
Se debe tener claro que el abuso sexual no es únicamente la penetración de los genitales, también es el obligar a tener sexo oral, obligar a tocar sus genitales, obligar a observarlo masturbándose, etc.
Este tipo de actos tan despreciables no tienen un lugar específico pueden ocurrir dentro de la misma familia, en el trabajo, en los centros educativos etc. Existen varias señales o síntomas que nos indicarán que ha ocurrido un abuso sexual: cambios en la conducta de la víctima, señales de dolor en las zonas de los genitales, en el caso de los niños muestra de sangramiento., depresión, embarazo, la vestimenta de la víctima está rota o manchada.
Vivimos en una sociedad donde la pérdida de valores se ha acrecentado, el consumo de drogas, alcohol, puede desencadenar este tipo de conductas, como padres se debe estar atento ante cualquier cambio en la conducta de los hijos, que alerte de que algo está pasando, desconfiar de todos, hasta de los mismos familiares, es lamentable pero es la realidad, como dice el dicho “caras vemos corazones no sabemos”.